Truco para ahorrar en materiales (segunda parte)

Truco para ahorrar en materiales (segunda parte)

Como te contaba en mi anterior correo, hace tiempo teníamos un gasto tremendo en fregonas de algodón blancas, lejías y palos de fregona.

Un gasto súper concentrado en las Comunidades de Propietarios.

Un gasto que no entendíamos.

Un gasto con un tufillo a inútil que echaba para atrás.

Pero no teníamos manera de saber por dónde se nos estaba yendo el dinero.

Hasta que con CLEAN DESK empezamos a grabar todos los materiales que salían de nuestro almacén y a poder analizar el porqué de esos gastos.

El principio de «mejora continua» más importante es el que dice aquello de que «todo lo que se puede medir, se puede mejorar».

Y vale también al revés: «todo lo que no se puede medir, no se puede mejorar».

Así que, medimos todo y pudimos mejorar. Y mucho.

 

El lío:

Descubrimos que la principal preocupación de los operarios que limpian en Comunidades de Vecinos es que esos vecinos no les llamen la atención por el color de la fregona.

Una fregona blanca de algodón, a los quince días ya se oscurece, se torna gris de la suciedad, pero eso no significa que no limpie, ni que ya no le queden días de vida. Pero es cierto que su aspecto no es el mejor de cara a los vecinos, que se quejan a los operarios y les instan a cambiar más a menudo la fregona.

Como el operario sabe que aún está bien para fregar, pone sus propios remedios para evitar la queja de los vecinos.

Algo así como cuando el personal de oficina no puede sacar la información que le pide el jefe desde su programa de gestión, y en dos segundos abre Excel para solucionarlo.

Pues bien, descubrimos que, para evitar quejas, el operario dejaba la fregona de algodón a remojo en cubo con un buen chorro de lejía para blanquearla.

Y lo hacía de servicio a servicio. Es decir, la dejaba el lunes a remojo y la reutilizaba el miércoles, por ejemplo, dos días después. Y así del miércoles al viernes y del viernes al lunes.

 

El resultado:

La lejía destrozaba las fibras de algodón de la fregona que no duraba más de un mes, oxidaba el palo de fregona permanente sumergido en agua y éste partía al mínimo esfuerzo.

Era un derroche en gasto de material de forma inútil sólo por acallar a los vecinos.

 

La solución:

  1. Contactamos con nuestro proveedor de material. Le pedimos que nos hiciera fregonas de microfibra de color negro azabache.
  2. Suprimimos de todos los pedidos la entrega de botellas de lejía.
  3. Cambiamos los pedidos con fregonas de algodón blancas por fregonas de microfibra negras.
  4. Controlamos la frecuencia de entrega de fregonas y palos para asegurarnos de no dar una nueva fregona de microfibra antes de 3-4 meses, y no dar un nuevo palo de fregona antes de 6 meses desde la última entrega.
  5. Suprimimos la lejía a los centros que no tenían baños.

 

El ahorro:

Conseguimos reducir el gasto de lejía en un 70 % al año.

Conseguimos reducir el gasto de fregonas en un 25 %, contando ya con el hecho de que la fregona de microfibra es más cara que la de algodón.

Conseguimos reducir el gasto de palos de fregonas en un 15 % al año.

¡Una pasta!

 

Se puede ganar más facturando lo mismo.

Sólo necesitas CLEAN DESK.

 

 

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